Mereces lo que sueñas.

Admiro la valentía de quien sale a perseguir sus sueños.
Estoy con los que no dejan que sus miedos los echen fuera.
Con esos que han conseguido aclarar sus cosas
y no hacen caso a aquellos que temen el movimiento
o los que no ponen ningún esfuerzo.

Estoy con esos que han decidido aceptar el reto.

Luchar contra esa cultura de “no hacerlo”,
contra el temor de no estar a la altura del proyecto,
dejar de escuchar al miedo ladrón que nos roba los intentos.

Claudicar antes de siquiera plantearnos si queremos.
Estoy con la valentía de no dejar pasar los momentos.
Me enseñaron, con mucho amor, que hay que vivir sin lamento,
que hay que aprovechar las ocasiones
y disfrutar con lo que tengo.

Aprendí que solo me arrepiento de lo que no hice
no de lo que, al intentarlo, no salió como quise.

Aquí donde me lees,
yo soy el primero que debe aplicarse al cuento.
No permitirme la queja de “me habría gustado”,
“no llegué a atreverme a hacerlo”.

Sé que hay que perder algún tren para entenderlo.
Tropezar con piedras duras como puños de cemento
pero, créeme tú que me lees, solo hay un sentido
y es hacia delante, hacia tus sueños.

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Somos del mismo material del que se tejen los sueños.
W.Shakespeare

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