Escribí este poema hace ya un tiempo, un día de invierno en que recordé a mis padres. Vi una foto suya y me emocionó recordarles tan alegres. Tal como eran los dos. Hoy esas sonrisas me acompañan en mis mejores y en mis peores momentos. No les llevo flores, no les voy a ver. Les recuerdo cada día, no solamente hoy, tal como eran, tal como siempre fueron y tal como son a día de hoy, en mi corazón.
Por cada pliegue,
para cada arruga,
por cada mancha en vuestra piel,
pondría mil besos.
En cada uno de vuestros huesos
deformados por el peso del tiempo,
en vuestros rostros cansados,
en cada músculo arrugado.
En todos ellos,
pondría, uno a uno, mil abrazos.
Creía que no recordaría
vuestro rostro nunca más,
pero me acompaña vuestra sonrisa;
el palpitar de la vida
que había en ellas;
vuestra generosidad.
Todo ello, de repente, tuvo forma
y se presentaron frente a mi el otro día,
al escuchar esa canción.
Y yo,
que cuando os fuisteis
no derramé ni una lágrima,
me veo ahora inundado
a la mínima ocasión.
Porque seguís aquí,
Mientras os sienta,
mientras os recuerde,
mientras os lleve en el corazón.
De lo más bonito q h leído en mi vida #joseluisafan !!
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Muchas gracias Pilar. Todos los días están presentes. Lo mejor, su sonrisa. Eso es lo que llevo en el corazón.
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Tranquilo, que están vivos para siempre y rezan para que algún día volvamos a estar todos juntos, puros, límpios, conscientes…
Gracias por esta poesía tan bella.
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