Banco vacío

Te estuve esperando tanto tiempo
que acabé fundido entre palabras,
creyendo en soles sin esperanza,
sentado allí, sin hacer nada.

Abandoné la espera y salí a buscarte
y, en el intento, perdí el norte,
me quedé desnudo,
vestido sólo de alma.

Ya no espero.
Ya no temo.
Ya no muero.
Ya mi corazón canta,
como antes,
cuando era niño
dejando que todo pasara
y sólo importaba
vivir cada mañana.

estación.png

Esta entrada fue publicada en Adiós, Amor, Soltar. Guarda el enlace permanente.