Hoy no hablaremos, no nos diremos, sin decirlo, eso de “que bueno es sentirte conmigo”, “cómo me gusta tu compañía”.
Hoy no te imaginaré sonriendo mientras me cuentas tus cosas, haciendo esos gestos tan tuyos o esas muecas tan expresivas mientras me miras para que te entienda.
Hoy no me quedaré embobado, perdiendo la noción del tiempo, mirándote desde lejos, dibujando ondas con mis dedos enredados en tu pelo.
Hoy no. Hoy no nos diremos nada de eso. Hoy estaremos lejos.
Hoy solo te echaré de menos y daré gracias por saber que existes y que, quizás, ahora mismo sonrías al recordarme en silencio, con una curva dulce en los labios, con un brillo en los ojos.
Hoy siento que te llevo dentro.

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