Revoloteas,
te asomas,
te escondes
y me soplas, de repente,
jueguetona,
detrás de la oreja.
Juegas a esconderte
y a aparecer
sin motivo aparente,
como una niña, alegre.
Eres, de mis días de primavera
lo mejor,
lo mas hermoso,
lo mas vehemente.
Consigues que sonría,
que me mueva,
que respire confiando.
Gracias Alegría
por venir a verme.
Debe estar conectado para enviar un comentario.