Este ya no es aquel banco
en el que tantas veces nos sentamos
para mirarnos a los ojos,
mientras nos besábamos.
El que alivió el dolor
y mares de sonrisas y lágrimas,
mientras nos dábamos las manos.
Este ya no es aquel refugio
que nos sintió rotos
mientras nos decíamos adiós,
demasiado pronto.
Cuando aún éramos el uno del otro.
Este ya no es nuestro sitio,
hace mucho que desapareció.
Lo envolvimos en olvidos
y un gran cuidado
para nunca volver a destaparlo.
Porque aun hoy,
sigues siendo un recuerdo triste,
un bello rincón medio estropeado.
Un sueño interrumpido a destiempo.
Este ya no es nuestro banco.
Es solo un lugar al que vuelvo
para recuperar el aliento
y recordar cuanto amor
pusimos en amarnos.
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