Besos

Esta noche te he besado.
Ha sido un beso largo,
cálido y mojado,
un beso largamente deseado.

Pasó como pasan estas cosas.
Hablábamos, sonreíamos
y, mientras tanto,
otra conversación se iba dibujando.
Como si no nos atreviéramos
a entrar de lleno en el diálogo
que ya mantenían, furtivamente,
nuestros ojos, nuestras miradas
y, entrelazadas, nuestras manos.

Y todo lo demás iba pasando a nuestro alrededor,
todo eso tan mundano.
Aunque nuestros labios ya se iban llamando,
nuestras bocas se iban deseando
y un silencio cómplice nos iba rodeando,
aislándonos de todo,
de todo eso que en el mundo estaba pasando.

Hasta que mi mirada quedó clavada en la tuya,
hasta que el tiempo contuvo la respiración,
hasta que todo desapareció
y solo quedamos tú y yo.

Tus labios,
nuestras bocas,
todo se fundió en uno,
con la calidez de una caricia,
como la nieve en verano.

Esta noche te he besado.
Y ha sido un beso de verdad
aunque se me escapara de las manos.
Esta noche te he besado,
aunque solo yo lo haya soñado.

Robert Doisneau

Esta entrada fue publicada en Alma, Amor, Pasión y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s