Qué buena memoria tiene la piel
que, de tanto esperar,
siente a quien ya fue.
Qué risas,
qué miradas,
aquel atardecer,
todo un ayer
que se presenta como si fuera de hoy,
de siempre,
de los que jamás se han de perder.

Qué buena memoria tiene la piel
que, de tanto esperar,
siente a quien ya fue.
Qué risas,
qué miradas,
aquel atardecer,
todo un ayer
que se presenta como si fuera de hoy,
de siempre,
de los que jamás se han de perder.
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