Inventando

Y aún hay quien se pregunta por qué, a la costa en la que vivo, la llaman Dorada.

Te regala atardeceres tremendos que lo envuelven todo durante unos breves momentos y que, al cubrirlos de silencio, están listos para que los atesores juntos a tus más bellos recuerdos.

Quizás fuera por eso que hoy te recordaba y me preguntaba dónde estarías y si alguna vez te acordabas de alguno de aquellos atardeceres que inventamos para nosotros dos.

© José Luis Afán de Ribera

Esta entrada fue publicada en Amor, cielo, Mar, Pasión, silencio. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s