A veces uno no sabe si las escaleras nos invitan a subir o a bajar. Si el camino que hemos elegido es el correcto o valdría más la pena rectificar.
Ante dudas así, la respuesta es sencilla: el que te convenga a ti. Qué opción te hace feliz. Piensa en ti, en nadie más, y elije.
Sé honesto y sincero contigo mismo y con los que te rodean. Asume las consecuencias de tu decisión y procura no herir a nadie. No mientas. Pero, sobre todo, no te mientas. No engañes. No te engañes. Sube o baja la escalera. Recorre tu camino. Extiende las alas y vuela. Fluye con la vida y entrégate. Porque solo hay una forma de hacerlo: con el corazón, y éste no admite engaños.
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