Esta imagen me impresionó profundamente la primera vez que la vi y, la verdad, sigue causando estragos dentro de mi cada vez que la veo. La carga emocional que tiene me emociona. Aguantar el chaparrón, mantenerse en pie cuando los elementos no nos son favorables, abstraerse, seguir y resistir en la espera, esperanzado, con confianza y paciencia, a que el temporal amaine. Mostrarnos a nosotros mismos nuestra propia fortaleza, quedarnos únicamente con lo que verdaderamente importa. La lluvia purificadora que no deja nada a su paso… Seguiría enumerando cosas pero seguro que tú tienes tu propia versión al verla.
Hoy, me doy cuenta de que imágenes como esta, solo hacen que recordarme crudamente lo que soy, lo que puedo ser, lo que me gustaría ser. No me vale mostrar solo una parte, no me basta con mostrar solo ese trozo positivo de mi porque así transmito buen rollo. Creo en la vida tal como es y en mostrarla así, completa y no a trozos seleccionados. Creo que elegir solo esa parte positiva y no mostrar el resto, es como engañar, como no querer que otros sepan que somos seres completos, con todo tipo de fortalezas, debilidades, circunstancias, encrucijadas e imperfecciones. Que, al mostrarlo, hay personas que pueden sentirse identificadas con ello.
Viendo la imagen hoy, creo que me muestra cómo soy, lo que estoy aprendiendo, lo que sé que seré al terminar esta tormenta que abruma, que ya dura demasiado.
Creo que es un poco como mi escudo y solo espero no haberme herido más con él que con la lanza.
Debe estar conectado para enviar un comentario.