¿Qué tienes que alteras mis caminos y los haces sinuosos, como la madera de olivo?
¿Qué tiene tu recuerdo que me nubla los días de sol, aunque me da luz en la oscuridad de los días grises?
¿Qué hay en las gotas de esa lluvia fina que, cuando moja mi piel, hace que aparezca la magia de tu sonrisa, o tu mirada de miel, que te imagine corriendo, mientras nos cobijamos en un portal, huyendo del chaparrón, riendo como niños, jugando?
¿Qué tiene el mar que me regala músicas, suspiros, la compañía del silencio amigo, la calma de los días buenos, consejos, respuestas, susurros de paz y siempre el espejo crudo de mi mismo?
¿Cómo brota de mi el amor que vive dentro? ¿Cómo brota el que ya está aquí, ese cálido invierno?
¿Qué tienen el gris y la luz, el verde y el rojo, el frío y el brillo de una vela, que me recuerdan a la Navidad?
¿Qué tienes, que me recuerdas a mi, que me alumbras, que me atraes hacia ti, que me llevas hacia adentro?
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