Diluir la sal en suficiente agua,
hasta que sepa dulce.
Mezclar la tristeza
con abundante alegría,
hasta que sonrías.
Removerlo todo bien.
Dejar reposar
un tiempo prudencial.
El que te haga falta.
Salpimentar al gusto.
Vivir. Vivir. ¡¡¡Vivir!!!
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