La tristeza es un muro entre dos jardines.
Khalil Gibran
Reflejos de luna brillan
en la noche estrellada.
En la mirada un lucero
que anuncia tu sonrisa.
Que se nos lleva de nuevo,
montados en una suave brisa
a nuestro propio cielo.
Aprendí a hilvanar
los rasguños del alma,
a coser con hilo de amor,
heridas sin marca,
a aplicarles cariño,
el tiempo y las ganas,
para poder curarlas.
Porque cada vez que las miro,
me recuerdan que amé,
que viví,
… y hoy sonrío,
y me siento afortunado
de haberlo hecho,
intensamente.
Con toda el alma.
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