Sé que hay días
que aún recuerdas
aquella brisa.
Sé que a días,
la maldices.
Sé que esa sonrisa
está llena de matices.
Que hay rincones
de ti y de mi
que ni cuentas
ni dices.
Que no quieres recordar
ni sentir,
porque hay días
que esas cicatrices
queman la piel,
hielan la sangre
y, aun ahora,
saben a la miel
de los días
y las noches
de ser dos
y uno a la vez.
(Agosto 2016)
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