Le recomendaron que escribiera,
que le serviría como terapia,
que curaría sus heridas,
al poner en letras
sus penas, sus dudas,
los miedos y las alegrías.
Cuando terminó de escribir su primer libro,
pensó que aún le dolía,
que explicárselo todo a ella,
al papel blanco que siempre era su amiga,
no sólo todo lo removía,
sino que daba sentido a lo que ahora sentía.
Y fue a por el segundo.
Otra historia de las suyas,
de aquellas que le removían por dentro,
que le hacían olvidarse del tiempo
y que besaban su alma
con labios de verdades como flores,
con sus espinas
y con un terciopelo rojo,
como las rosas,
que acariciaba sus heridas.
Así fue cómo ella abandonó
el agujero en el que vivía
y se fue, pintándose alas en los dedos,
sin más tesoro que el amor que llevaba dentro
y todas las ganas de vivir su vida.
Eso sí la motivaba.
Ahora lo sabia.
Ese era su sueño.
El amor.
La vida.
Qué bonito!! 🙂
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Muchas gracias!!! ^_^
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