Cuando leo cosas así enmudezco. Solo siento. Sonrío al notar la sensibilidad de quien lo escribe, de quien lo comparte. Hay almas que saben acariciar otras almas.
Eso sí me parece grande.
«El día que quise ser grande
me puse zapatos grandes,
grandes ropas,
frases grandes.
El día que quise ser grande
me compré una casa grande,
un velero,
cien montañas,
doce castillos
y un valle.
Y pasó el tiempo.
Y necesité el aire y olas para el velero.
Las flores y sus aromas para el valle.
La lluvia y el arco iris sobre las montañas.
La piel desnuda para las ropas.
El baile para los zapatos.
Y besos para mi boca.
Y vendí los castillos.
Y la casa grande.
Y el velero.
Y las montañas y el valle,
las ropas y los zapatos.
Y me quedé con el aire,
las olas y el arco iris
las flores y sus aromas,
la piel desnuda,
la lluvia,
el baile
y los besos en la boca»
Isabel Blanco
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