Entre los dedos 

Hay instantes que deberían ser eternos,
El beso del sol en nuestros cuerpos,
la caricia de la brisa en la piel,
cerrar los ojos y sentir la belleza
que ninguna imagen logra retener.
Envolverse en el sonido de las olas,
relajante, sanador.
Respirar el aroma del mar
y limpiar heridas con gotas de sal.

Mas sería absurdo intentar
atrapar el instante presente,
pues el tiempo no se detiene,
pasa inexorable e implacablemente.
Es agua que resbala entre las manos,
arena escurriéndose entre los dedos.

Así como las olas del mar,
así es el instante de ahora.
Único e irrepetible.
Siempre en movimiento,
Siempre diferente.
Con su punto de intensidad,
como la cresta de esa ola
que efímera se desvanece
para morir en la orilla,
dejando rastros de espuma y sal
dibujados en la arena,
que se diluyen y borran.

Pero su paso permanece
mezclándose y transformando
uniendo y fusionando
el antes y el ahora.

Hay instantes que golpean y rompen
como olas contra las rocas.
Hay instantes de olas serenas,
de paz y calma para el alma.

No los dejes pasar,
hay que subirse a la ola
y surfear el momento.
Hay que sentirlos,
hay que vivirlos en presente,
para después recordarlos
y guardarlos para siempre.

img_9897

Esta entrada fue publicada en Amor, cielo, Luna, Mar, Soledad, Soltar. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s