Se miran,
se buscan,
en el cielo del atardecer.
Buscan preguntas,
dibujan respuestas,
comparten la ausencia,
sintiendo la enorme distancia
que se extiende,
que yace vacía,
entre su mano
y la piel que la anhela.
Luego deja una caricia,
que dibuja extendiendo su mano,
hacia la luna,
con la punta de los dedos,
entornando los ojos,
esbozando una sonrisa,
ondulando su estela,
soñando entre tinieblas oscuras.
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