Cuando al dejar reposar mis dedos sobre las teclas, noto que no se mueven, que nada surge, que nada brota desde dentro, siento un gran vacío.
El fuego quema mis entrañas y sin embargo, el hielo me paraliza.
Por un lado mi piel arde en deseo y en el otro extremo, quedan mis dedos agarrotados y fríos.
Vaciarme de todo debe implicar eso, supongo, que he de esperar a que broten solas las letras que vienen, que estalle el sentimiento, que surja la emoción que convive con mi vacío y conmigo ahí dentro, en este simple giro de un destino que no existe sino en mi tortuosa mente.
«La gente me dice que es un pecado
saber y sentir muy profundamente
yo todavía creo que ella era mi alma gemela
pero perdí el anillo
Ella nació en primavera
pero yo nací demasiado tarde
échale la culpa a un simple giro del destino.»
Simple Twist of Fate – Bob Dylan
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