En un día como el de hoy, recibo muchas felicitaciones de amigos y familiares, tanto por ser el día del padre, como por el día de San José. Personalmente nunca he creído mucho en los «días de…» pero comprendo que hay algunos de esos «días de…» que están marcados, precisamente para que no pasen desapercibidos y tienen sentido gracias a eso.
Si añadimos a esto que no soy religioso, agradezco sinceramente las felicitaciones, pero ya casi no me quedaban motivos para ellas.
Pero si dejo estas consideraciones a un lado, llego a la conclusión de que este día del padre está bastante distorsionado, hoy en día, si me atengo a la sociedad en la que vivo.
Seguro que existen muchísimas familias convencionales en las que los papeles de padre y madre están sanamente ejercidos por cada uno de los miembros de la pareja. Cada uno con su criterio, claro está.
Sin embargo, cada vez hay mas Madres y Padres [con mayúsculas] que se han visto abocadas/os a educar a sus hijos sin la ayuda, más que necesaria y deseable, de la otra parte de la pareja. Algunos de los que yo he conocido, se convierten, vistos con mis ojos, en verdaderos héroes por el esfuerzo sobrehumano que consiguen hacer de una forma cotidiana, admirable.
Por ejemplo, espero que sabrá disculparme si la nombro, pero siento una profunda admiración por la que fue mi pareja, porque sé lo mucho que sufrió por este motivo y sé del esfuerzo que sigue haciendo cada día por dar a sus hijos todo lo que necesitan y hacer que ninguno de los 3 sufran las consecuencias de que ella los haya tenido que criar completamente sola.
En realidad, no completamente sola. Como en muchísimos otros casos, ella contó con la preciosa ayuda de sus padres, los abuelos de esos niños, que acabaron ejerciendo de padres y abuelos a la vez, para conseguir equilibrar un poco la balanza y ayudarla a ella. Esto supuso para ellos un alarde de recursos humanos, de generosidad y de amor para el que, seguramente, no habían sido educados. Sin embargo, supieron sacar lo mejor de ellos mismos, aprender, adaptarse, ampliar sus miras para conseguir que crecieran con normalidad sin que nada les faltara. Especialmente, no les faltó nunca lo más importante, el amor, el cariño de la familia. Esto es de suma importancia para que cada individuo sepa quererse y sea capaz de quererse en el futuro a si mismo.
Tanto en este caso que conozco directamente, como en todos esos casos que seguro que vosotros conoceréis, que no son pocos, habría que llamar padre a algunas personas más. Por lo tanto, ahí va mi felicitación a todas esas parejas, padres y madres, que luchan juntos cada día, anónimamente por sus hijos, dándoles lo mejor de si mismos: amor incondicional.
Hago extensiva esta felicitación a los miles de abuelos que, hoy en día, ayudan a sus hijos a que puedan educar y dar lo que necesitan, a sus nietos. El derroche de amor en estos casos es un tesoro. Felicidades por ser padres también.
Pero sobre todos, quiero felicitar especialmente, a esas madres y a esos padres, que llevan adelante, ellos solos o con pequeñas ayudas, la educación de sus hijos. Que les entregan amor puro, cada día, sin que nadie les agradezca nada. Quizás sus hijos cuando sean algo maduros y comprendan, quizás lo sientan y quizás se lo agradezcan. Quizás, la sociedad, cuando consigamos entre todos que sea más humana y menos egoísta, quizás lo considere. Lo que es casi seguro es que cada uno de nosotros ya lo podemos apreciar, porque somos madres/padres y fuimos hijos, y quizás si nos miramos al espejo con humildad, comprendamos lo que cada uno tiene de padre, de madre, de abuela o abuelo. Y quizás todos, debamos felicitarnos por ello.
Felicidades.
Felicidades por tu santo, José.. Y sí, afortunadamente hay muchos PADRES y MADRES q ejercemos nuestro cometido todo lo mejor q podemos y más.. M uno a tu extensiva felicitación.. Abrazos d luz 🙂
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Muchas Gracias Mamen Abrazos de luz
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