Hay puertos a los que volvería siempre porque guardan celosamente una parte de mi corazón. En ellos hay unas pocas personas que siempre amaré.
Pero ¿sabes? mientras, mi vida está en mar abierto, donde soplan vientos, brisas y, a veces, tempestades, donde juegan los delfines a desafiar la proa del barco, donde revolotean las gaviotas. Allí donde el mar se confunde en el horizonte, con el cielo azul.
Si quieres, búscame allí, surcando las olas. Allí me encontrarás, agradeciendo la vida, procurando ser feliz.

Fotografía de amanecer sobre el mar en Vilanova i la Geltrú. Cedida por José Luis Francisco, mi estimado amigo pescador que me inspira algunas mañanas.
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