No digas nada,
no me preguntes.
Acaricia el silencio
y disfruta del abrazo.
Creía dibujar paisajes
hasta que me impregnó el verde
ese de una mañana de domingo.
Hasta que me tiñó el azul de una ola.
Hasta que se derramó sobre mi
el blanco de una nube.
Llevo tu perfume impregnando mi piel.
¿De qué color me pintaste tú?
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