Hay días en que parece
que cada palabra late.
Que cada letra del poema
teje su propio encaje.
Hay caricias
que juegan
y hacen eco
en algún olvido pasado.
Todo misterio
tiene su propio lenguaje.
Vivo con personas
y vivo con ausencias.
Aquellas que amé un día
y parece que dejaron
su traje de vida.
Ese que, hoy, da forma a un vacío
vistiendo así su presencia.
Unas y otras,
me acompañan y me guían,
dibujando sonrisas.
Y siento su luz dentro.
Siento su caricia,
siento su cálida presencia.
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