Hay un eco
que me llena la garganta
de palabras dichas,
de nostalgias.
Acompaña a un vacío,
que colecciona ausencias,
que resuena armónico,
que ahora me habita en calma.
A veces, mi corazón
parece una campana,
grande y hueca,
envuelta en resonancias,
que se llena de paz,
cuando los silencios hablan.
Y sonrío al sentir
que en ella ya no cabe
ni ella
ni aquel «yo»
ni nada.
Solo el vacío
y una paz infinita en el alma.
Debe estar conectado para enviar un comentario.