Quédate con ella
y mírala dormir.
No la despiertes,
está soñando contigo.
Desvístela con los ojos,
observa sus lunares
y cada una de sus pecas.
Recuérdate a ti mismo por qué te gusta tanto.
Sal a fumar pero déjale una nota.
Escribe que volverás.
Vuelve.
Si aún no ha despertado,
susúrrale al oído que no hay tiempo que perder.
Prepárale un café y pídele bailar.
Y luego de todo eso,
invítala a volar.
— Estefanía Mitre
Debe estar conectado para enviar un comentario.