Hace mas de un año que escribí esto. Lo escribí porque me rompía el corazón ver sufrir a una amiga a la que adoro y «me escribí» el embrión de esto para ordenar mis ideas y encontrar una válvula a lo que sentía, para poder ayudarla. Quizás a alguien le sirva, como me sirvió a mí y, creo, a mi amiga.
Una mujer sube la montaña
La fuerza de la rabia, de la ira,
incluso del odio, la impulsa.
Finalmente, llega a la cima.
La conquista como suya.
Desde allí otea el horizonte del terreno que conquista.
Desde allí domina gentes y ordena el mundo a su antojo.
Un mundo que gira alrededor de si misma.
Un mundo en el que los demás solo existen para servirla.
Para darle lo que cree que le corresponde, según su justicia.
Mientras, otra mujer la espera.
Solo sufre y la espera.
Tiene fe en la conquistadora y la admira,
La ama como amamos a nuestra descendencia,
pero la teme por su tiranía,
Se somete a ella,
por culpa de un ayer que la quema,
y que siempre la deja escondida.
No es su culpa,
solo que no supo
o no tuvo el valor de enfrentarse.
Nadie puede juzgar.
No se reveló contra él
No sabía si amarle u odiarle.
Y le amó.
El amor impuso su ley.
Él la suya.
Su egoísmo imperó en la casa
Él las condenó a negarse a si mismas.
Y ese dolor no las unió,
Ese daño irremediable las separó.
Ahora no saben mirarse,
no se entienden,
no saben poner su parte del puente.
La una mira siempre a lo lejos, hacia sí misma.
La otra siempre le tiende las manos
llenas de amor,
triste, siempre aguantando la ofensa.
¿Cuándo llegarás niña?
¿Cuándo atravesarás el puente?
¿No ves que ella siempre te espera
en la otra orilla?
Los amigos están para ayudar de la forma que sea.. Seguro que tu escrito fue bálsamo para ella.. Abrazos de luz 🙂
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Es precioso, es un escrito muy bonito y sirve para tomar conciencia. Me encanta.
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Muchísimas gracias Mónica. Cuando lo escribí, sentí una a una cada una de esas palabras. Abrazos y gracias! 🙂
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