¿Te das cuenta de que el mar
parecía abrirse para darnos paso?
¿Que la primavera asomaba y bailaba
cada vez que nos dábamos la mano?
¿Que cuando nos mirábamos,
volábamos juntos,
rozando las alas,
apartando miedos,
sintiendo el aire fresco en la cara?
¿Que aunque no te viera
o que mis dedos no te alcanzaran,
cuando te acariciaba,
ardía el universo,
como el fuego
en la piel que nos dábamos?
Me pregunto dónde está la habitación que inventamos,
las sábanas que removimos,
aquel lecho que nos abrazó cuando juntos,
allá en nuestro mundo,
tan bello,
nos perdimos,
para volver a encontrarnos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.