Me importan los detalles. Una sonrisa en un rostro, una mirada que lo dice todo, un «¿cómo estás? hace tiempo que no sé nada de ti».

Aunque para otros, quizás este hecho ya sea algo evidente, yo caí en la cuenta hace poco que mi vida está hecha de pequeños detalles como esos. De miguitas que puedo seguir en el camino de mi vida: Un silencio en compañía de la persona amada, una sonrisa franca al abrazar a un amigo que hace tiempo que no veía, una llamada, un comentario con sentido, buscar la belleza en las pequeñas cosas de cada día …Hay tantas pequeñas cosas que llenan nuestra vida.

Porque nuestra vida no sólo la llenan esos vacíos que deja nuestro pasado, las personas que se fueron o los seres que perdimos. No. La vida la llenamos nosotros, voluntariamente. Y la llenamos de esos detalles que buscamos, de esas personas que queremos, de nuestros sueños o, simplemente, al caminar dando sentido a cada paso.

Ya no busco grandes metas en mi día, sino avanzar poco a poco, pero en la dirección correcta.

Más vale un milímetro en esa dirección que un kilómetro en cualquier otra.